viernes, 15 de enero de 2010

El canto del gallo


Hemos deshumanizado las ciudades y nosotros, con ellas. Son algo frío donde la gente, va con prisa a todas partes, donde nadie se mira a la cara. Es un poco antinatural puesto que nuestro ser íntimo, nos pide estar en contacto con la naturaleza. Somos parte de ella.
Nuestra vida, se ha convertido en algo gris y rutinario como el asfalto que pisamos, porque todo está previsto. Lo imprevisible, lo es por accidental.
Desde arriba, nos confundimos todos y formamos parte de ese paisaje urbano masificado y gris.
Nuestro mundo, queda reducido a lo cotidiano. Es como si lleváramos a cabo un reduccionismo colectivo en el que solo cupieran las personas más próximas, entendiendo por proximidad, no el espacio, sino los afectos. Aún así, cada vez damos menos y necesitamos más.

Recuerdo algo que me ocurrió hace un tiempo y que indica, hasta qué punto a veces, parece que estemos fuera de lugar.
Iba en coche, cuando al tener que parar ante un semáforo y esperar que se pusiera verde, en medio de la ciudad, oí cantar un gallo. Por un momento, por unos segundos, me vi transportada a otro lugar diferente.
El color gris se transformó en verde, los edificios en árboles y el olor de la contaminación, cambió por olor a tierra mojada. Solo fueron segundos, inmediatamente volví , miré a mi alrededor, y vi que solo había edificios de cierta altura y coches por todas partes. Estaba asombrada y sin saber de donde podía proceder en ese lugar, algo tan opuesto y diferente a lo que me rodeaba. Miré con más detenimiento y observé que muy cerca, había una casa vieja de planta baja. Comprendí, que de allí podía proceder el canto del gallo.
Todo un mundo, el del campo, representado en un animal tan insignificante como es un gallo, metido dentro de otro, el de la ciudad. Tan opuestos entre si y tan próximos, lo natural en contraposición a lo artificial, l adelanto en cuanto a comodidades frente al retraso en referencia a las relaciones humanas. La proximidad y el distanciamiento. En fin, todos me parecieron polos opuestos.

No quiero decir con ésto, que la proximidad sea para bien siempre, ya que también propicia los enfrentamientos, las rencillas y las envidias. Buscamos la compañía, la relación, pero al mismo tiempo, defendemos nuestro espacio y combatimos a quien tenemos próximo.
Además, cada uno de nosotros allí dónde estamos, con nuestra manera de proceder y de vivir, fabricamos nuestro propio mundo, en el que nos encerramos mentalmente, incluso físicamente Somos así de contradictorios.
Cierto es que las ciudades tal como están actualmente concebidas, son antinaturales, hemos ganado comodidades pero también nos hemos deshumanizado, no hay cabida para todos y quizá propiciemos la soledad en compañía. Nos falta tiempo, y nos sobra espacio.
Esta es la reflexión que me produjo la sorpresa de oír algo tan sencillo y corriente en otro tiempo, como es, el canto de un gallo. .  
        

6 comentarios:

  1. Hola Maria Jesus

    La desnaturalizacion de nuestras vidas y nuestras ciudades ya era un tema que preocupaba a Adriano Celentano en los 60, su cancion "il ragazzo della via Gluck" lo describia asi:

    http://www.youtube.com/watch?v=ToCn1dQlxDM

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  2. Buenas tardes Caminante

    He escuchado tu canción. Estás impuesto con la música.
    No pongo enlaces musicales, porque no salen en la primera página. La dirección de la página, si, pero no es lo mismo.

    las ciudades...Hemos ganado en independencia y perdido, en indiferencia. Aunque a veces, se confunden los dos términos.

    Luego, al separarnos tanto de la naturaleza, creo que nos deshumaniza.
    Los niños, tienen que ir a granjas, para conocer un animal doméstico.
    Por TV, si los conocen, al natural, no.
    Se da la paradoja, que a lo mejor han oído hablar de sitios lejanos, y no conocen lo próximo

    Saludos

    María Jesús

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  3. hola Mjesus

    tengo un vecino que tiene 40 cabras y hace visitar su Ferme durante todo el año, recibe mas de 50mil visitas, para ver ordeñar sus cabras!

    Bueno el tipo tiene una pagina internet que recibe visitas de medio mundo y comenzo hace apenas 7 años.

    Aqui donde yo vivo ahora, es una zona de media montaña, donde las gentes son bastante ariscas, tardaron casi un año en comenzar a venir a mi casa; ellos piensan que el que no es capaz de aguantar un invierno, mas vale que se vaya. Pero una vez que ven que no eres un "parigo", que es como llaman a los de Paris, entonces, aunque no los veas, si los necesitas y los llaman estan ahi.

    Aqui he soltado anclas, me preguntan de donde vengo y porque estoy aqui, pero si ven no vas de farol, te reciben como uno mas. Yo me permito criticar a Francia, como no podria criticar a España entre españoles, en cambio ellos ven otro punto de vista y tratan de entender. Eso en España es casi impensable.

    Seguiremos dando vida a este Blog, merece la pena

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  4. Hola Caminante

    Tiene su gracia lo que cuentas. El espectáculo más natural, tu vecino, lo ha convertido en un negocio.
    Hemos pasado, de ver las gallinas por la calle, a ir a visitarlas, como si fuera un animal exótico. Creo, que muchos, no saben de donde salen los huevos, o quién produce la leche.
    Más de uno, pensará que la fabrican.
    Acabaremos como en la famosa novela de Aldous Huxley, Un mundo felíz.
    Los españoles, somos un poco especiales, Ya lo sabes. Nos gusta criticar lo nuestro, pero no que lo hagan otros.
    Nosotros, nunca estamos contentos, pero somos unos conformistas. Se nos escapa la fuerza, hablando. O lo contrario, a veces la impotencia, provoca resentimiento. Cuando salta la chispa, la reacción es, desmesurada.
    ¡Qué vamos a hacer!
    A los extranjeros, si no son jóvenes, que hacen otro tipo de vida, creo que les resulta difícil adaptarse a nuestra manera de ser.
    Y algo hemos cambiado

    Saludos, Caminante

    María Jesús

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  5. Estoy tratando de escribir algo, relacionado con tu poema sobre el olvido, pero me esta costando.

    Olvidar no es un verbo que se pueda conjugar si el no quiere venir.

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  6. El olvido y el recuerdo, parecen polos opuestos, pero creo, que van unidos. No existiría el uno sin el otro.
    Cuando decimos el olvido, lo asociamos enseguida, con cuestiones sentimentales.
    si decimos olvidar, a los fallos de memoria.

    No te preocupes, te lo agradezco. No es necesario que hagas el comentario.


    Buenas noches, Caminante

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