martes, 29 de diciembre de 2009

Me miras y te veo





Querer demostrar constantemente que se es poseedor de determinados dones, es ser consciente y sabedor de que no se tienen, y pretender con el convencimiento de los otros, de los que nos rodean, convencernos.
Queremos tener un espejismo permanente, aunque somos conocedores de que todo es ficticio.
Necesitamos una imagen propia positiva con la que podamos comerciar, dar buena impresión, a cambio de ser aceptados o admirados.

Nos vestimos de apariencias para salir de casa y dejamos en el armario la auténtica manera de ser. Salimos y nos colocamos una careta de quita y pon, porque hay una para cada situación, una para cada lugar.
No somos igual en la familia, que en el trabajo, o cuando vamos por la calle.
¿En qué momento somos auténticos? Es posible que solo cuando estamos dormidos y nos reflejamos soñando en blanco y negro.

Ni nosotros mismos nos conocemos. Por esa razón, nos sorprendemos cuando ante determinados acontecimientos, reaccionamos de manera inesperada. . ¡Quién no se ha sorprendido de si mismo a veces, haciendo lo que jamás pensó hacer, y estaba seguro de no realizar nunca!  Unas veces para bien y otras, para mal.
Proezas, acciones que indican desprendimiento, o al contrario, mezquindad que posteriormente nos hace sentir avergonzados.

Pero volviendo al principio.  La autoalabanza encubierta, es simplemente querer aparentar lo que no se es. Yo se, yo soy, yo tengo, significa, yo no se, yo no soy, o yo no tengo.
Admitirnos con nuestras limitaciones, con nuestros defectos, nos hace ser menos sensibles tanto al halago fácil como a la crítica. Y quizá, situarnos en el camino de ser aquello que pretendemos ser, aunque nunca lo seamos totalmente y nuestro juego, dure toda una vida.
Pero no deja de resultar interesante y entretenido, observar el juego de los demás, ver lo que ellos no quieren que veamos y  descubren,  en cualquier pequeño gesto o frase dicha de manera involuntaria,  o en el tono de voz, o las vibraciones o….en tantas cosas.

Mi lema es, “me miras y te veo”. Quiero decir con éso, que no hay que estar excesivamente preocupados por lo que piensen o vean de ti, porque al mismo tiempo, ellos también lo están por lo que tú pienses o veas.
Es mejor la autenticidad que el fingimiento. Al menos, no pretendemos engañar enmascarándonos.
Por muchas telas de araña que tejamos a nuestro alrededor, siempre hay algo que nos delata.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...