sábado, 20 de marzo de 2010

La luz de una vela



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¡La cantidad de sensaciones que despierta contemplar una vela encendida!  Observar  el baile de la llama, la sombra agrandada proyectada sobre la pared. Hay algo misterioso que nos hipnotiza y atrae.  Podríamos permanecer mirando indefinidamente.
Parece que se vaya a apagar de un momento a otro, pero no se apaga.  La vela tiene vida propia.  Su vida, es la llama.
Cualquier soplo de aire, hace que se tambalee, no obstante,  no pasa de allí  Sigue con su sempiterno baile, imperturbable e indiferente a lo que sucede alrededor.  Pero no sucede nada. Todo está estático.  Todo menos mi pensamiento que vuela hacia lugares pasados en el tiempo y en el espacio.
Sin embargo, esos lugares están en mi, en mi vida, en mis recuerdos, en mi memoria.
Solo tengo que evocarlos y se suceden secuencialmente, como si se tratara de una película.
Imágenes visuales, sonoras, táctiles, aromas......Sensaciones.
Puedo decidir y actuar sobre ellas  Puedo rememorarlas o desecharlas. Ahora si, en otro tiempo no pude.
Pero ahora tengo la posibilidad de reorganizar el tiempo pasado y de asimilar las experiencias..
Lo que en otro momento pareció tan importante y decisorio, actualmente lo desdramatizo y lo pongo en su sitio.  Las consecuencias, no fueron tan graves.
Claro está, que ahora voy sobre terreno conocido y lo veo a tiempo pasado como hechos sabidos.  He olvidado ya la sensación de inseguridad que me produjo en su momento lo desconocido, o el miedo al futuro próximo o remoto.

Dicen que la memoria tiende a recordar lo bueno y a olvidar lo malo.  Es posible que percibamos el pasado mejor que el presente, por una especie de idealización absurda de lo vivido recordado.  Y digo absurda, si, porque nos puede llevar a la nostalgia continua y a la desvalorización  del presente.

Tan enfrascada estaba en mis pensamientos, que no observaba, que la vela estaba casi consumida..
Doy un salto, me acerco, soplo, apago la llama.  Me dirijo hacia el exterior, hacia la calle.  Hace un día luminoso.

Empiezo a caminar, sin volver la mirada.




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4 comentarios:

  1. Las llamas , bien sean en un cálido fuego al hogar de la lumbre, o de una sencilla vela , como bien describes, siempre nos transporta.
    Últimamente ando a vueltas con esa palabra, "transportar", que no transgredir, ni traspasar. Digo transportar, ya que los recuerdos fluyen con demasiada asiduidad a mi mente,y estos me llevan de un lado a otro. Son nostalgias, mezclas de sensaciones, en definitiva recuerdos.
    El fuego es mágico y grande o pequeño prende en nosotros, avivando y templando muchas emociones.

    Un abrazo, Mª Jesús.

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  2. Hola Aloe

    El fuego fue uno de los grandes descubrimientos.
    Y ahora, la cantidad de sentidos que le damos
    No se qué haríamos sin él, sin el fuego en el más amplio sentido del término. Luz y calor.

    de vez en cuando, se va la música que he puesto y You Tube me manda cosas raras.

    Bueno, un abrazo Aloe

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  3. Mª Jesús: te había hecho un pedazo de réplica, y ha desaparecido,. Repito pero menos.
    Lo de la música, en el otro blog pasa lo mismo, -debe ir a su bola, - pero mejor así, creo.
    Lo del fuego ,pasa igual que con otras cosas que en su momento fueron vitales para la existencia, y ahora forman parte de lo onírico tan necesario para vivir. En el fondo no hemos cambiado tanto.

    Un abrazo.

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  4. También he leído tu reflexión.
    Andas muy filosófica. Es propio de ti. Como te conozco, sé de esa faceta tuya.
    Sigues como siempre.
    ¿Recuerdas cuando te decía, no me vengas con filosofías de buena mañana?
    Siempre le has dado un enfoque particular a la vida.
    Pasaré otro momento, u otro día.
    Un beso
    Maite

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