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Buscar la libertad a costa de dejar de ser uno mismo, aparcando la autenticidad, es traicionar los principios y falsear las intenciones.
No busca la libertad aquel que deja de ser como es, sino que busca la aceptación. Para ello tiene que mostrarse como los demás desean que sea, cayendo en una doble esclavitud, la de la dependencia, y la del prejuicio.
Se puede creer ser libre, refiriéndome con ello a juicios, intenciones y camuflajes de todo tipo, aunque para mi, eso no es pensar, sino cavilar, ya que el pensamiento tiene que ver con la razón, y con la capacidad de establecer relaciones, llegar a conclusiones creativas. Pero no se puede actuar con libertad saltándose determinadas barreras.
Los que persiguen ser libres en compañía, no lo hacen a título individual, sino que son dirigidos por otros que ejercen de líderes. Una libertad dirigida, influenciada e impuesta, por terceras personas.
En ese seguimiento y búsqueda, se aparca la autenticidad y la personalidad real, se sacrifica en aras de conseguir determinadas metas.
¿Dónde se dejan valores como la sinceridad, autonomía, independencia, franqueza, espontaneidad, etc?
Si todo queda a un lado, el precio que se paga es el del engaño a si mismo, la servidumbre, la obediencia. No solo no se alcanzará lo buscado, sino que la escapada, cayendo en el sumisión y la dependencia, durará toda una vida.
El individuo ha negado su propia realidad. ¿El coste? La huida constante y el engaño disfrazado de búsqueda.
¿Ir por libre o..."ser libre"?.
¿Ir por libre o..."ser libre"?.
Hola Mª Jesús.
ResponderEliminarCreo que la libertad, radica en el pensamiento y uno puede morir por ella , como es caso más reciente de Orlando Zapata, muerto en Cuba hace una horas.
Los pensamientos no se pueden matar, ni coartar, ni siquiera cortarles la palabra , pues esta siempre llega y es más fuerte que la propia vida.
La libertad, sigo pensando la llevamos en nuestro pensamiento.
Un abrazo, magnífica exposición de tu punto de vista.
Muchas gracias, querida amiga
ResponderEliminarEfectivamente, ha sido un buen ejemplo de libertad y sacrificio, llevado a las últimas consecuencias.
Ha dado la vida, sin dejar de ser él mismo, ni hacer seguidismo de nadie, que le vaya marcando caminos.
Él solo, ante su propia opción.
La verdad, que este ejemplo viene en estos momentos, como anillo al dedo.
Solo un deseo por mi parte, que no sea necesario para conseguirla, llegar hasta las últimas consecuencias. Y que por disfrutar de unos beneficios, los que da el poder, no exista nadie capaz de oprimir de manera, que ocasione, mártires, ni víctimas.
El valor que tiene este hecho, y como lo ignorarán, todos los defensores de la libertad.
Un abrazo
M Jesús
Hola Mª Jesús.
ResponderEliminarDe vez en cuando te leo y me parecen muy buenas tus meditaciones.
Como dice Aloe, la libertad verdadera, esta en una buena capacidad para SOÑAR.
También es muy bonito, cuando en algunas ocasiones se pretende agradar a las personas, perdiendo un poco esa pequeña libertad.
Estupenda reflexión.
Zapata.
Hola Zapata
ResponderEliminarMe haces a la vez una reflexión que considero muy acertada. Libertad y soñar, está muy relacionado. En realidad, la libertad es un sueño.
Renunciar a algo en favor de los demás, es un acto de desprendimiento. Querer agradar favoreciendo, dejando a un lado las opciones más apetecibles,o las más incómodas, optando por las que benefician a otros, es muy loable.
Muchas gracias por pasar por aquí, y haber tenido la deferencia de hacer un comentario.
Un saludo
M Jesús
Hola Mª Jesús!
ResponderEliminarCiertamente, la libertad, divina palabra, pienso que está encorsetada en esta sociedadad -al menos la que yo conozco- , es cierto, que incluso dentro del corsé, saber estar no es fácil, pues los condicionamientos contextuales condicionan bastante al ser humano, y la educación poco ha hecho por favorecerlo.
Un saludo
Buenas noches
ResponderEliminarSi, tiene razón. Y la sociedad, encorseta al individuo con una serie de normas, que acaban siendo prejuicios, ejerciendo presión hasta en nuestros actos más insignificantes.
Pero si no fuera así ¿seríamos capaces de imponernos unos límites?
Poca gente conozco, que tenga en cuenta la opinión que tienen de si mismo, por encima de la que producen en los demás.
Cuando cometen un error, están más preocupados de esconderlo que de rectificar.
La educación, tiende a masificar. Sería bueno que existiera de manera personalizada. Pero eso si que es una utopía.
Y muchas gracias, por haberse tomado la molestia de leer estas rudimentarias reflexiones
Un saludo
M Jesús