Hace tiempo, escuché contar a un
misionero residente en la India, varias experiencias. Todas eran
impresionantes, pero ésta particularmente, me quedó grabada en la
memoria por su significado humano.
Y me recordó, el famoso poema de
Antonio Machado, “El olmo seco”
Contaba el misionero, que paseando un
día por una zona de basuras, entre ellas, vio un bulto que se movía.
Se acercó y con desconcierto, comprobó, que se trataba de una
persona.
La recogió y la llevó a un lugar de
acogida donde la lavó, atendió, y dejó al cuidado de las personas que atendían el centro.
Volvió por la tarde, pensando que
posiblemente habría fallecido. Pero cual no sería su sorpresa,
cuando le dijeron que estaba viva.
Se acercó a su cama y al hablarle, el
enfermo abrió los ojos y le dijo, “te estaba esperando” A
continuación, murió.
En este verídico relato, está
inspirado el poema que viene a continuación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario