El pájaro
Puedes abrir la puerta sin miedo a la escapada,
no volará el pájaro más allá de la vista,
no correrá el riesgo de vivir por si mismo,
nada aventurará.
Explorará el espacio circundante
dará un corto rodeo
y volverá a su mullida jaula.
Bien lo sabes, tú
que pusiste sobre su bandeja
un solo vestuario, un único color,
borrando los plumajes de otros tonos.
No puede respirar en aire puro, siente
que el sol abrasa.
Sus ciegos ojos
no aprecian la belleza.
Ahora le dices:
Vete, tienes la puerta abierta.
Ahora,
cuando no llega allá de su mirada.
Regresará
y sembrará el camino con sus plumas.
Bien lo sabes, tú
que has cortado sus alas.
Querida María Jesús:
ResponderEliminarParece que en este caso la esclavitud no resídía en el propio encarcelamiento sino en la absoluta privación de toda libertad. Así pues a qué lugar puede ir el pájaro, sin crías con su rendido plumaje, que le impide volar. Hecho extrapolable al ser humano como pudiera, y tal vez, sea lo que nos quiera transmitir este bellísimo y sentido poema.
No existe mayor confort para el alma que poseer un alto nivel de libertad.
Seguramente recordarás lo que dijo Fénelon. Cito: "Ningún poder humano puede jamás violentar el sagrario impenetrable de la libertad del corazón"
Me ha impactado el mensaje del poema y sus imágenes. Es realmente excepcional.
Gracias amiga por escribirlo.
Recibe toda mi admiración y mil abrazos sentidos.
Besos,
Cris.
Querida Cris:
ResponderEliminarA veces, ayudados por los demás, somos esclavos de nosotros mismos, y cuando sucede, en todo lo que hacemos aunque no nos conduzca a ninguna parte, hay un convencimiento como justificación, y un mucho de inseguridad y comodidad.
Romper esquemas, es un reto.
Tu comentario tiene valor en si, por la exposición de las ideas y la corrección envidiable con que lo haces.
Te lo agradezco mucho y desde aquí, también expreso mi admiración hacia ti y hacia tus letras.
Recibe un apretado abrazo de Mª Jesús