Un instante puede parecernos una eternidad, y una infinitud, un solo instante. Depende de la intensidad de las emociones experimentadas y del cumplimiento o no, de la expectativa.
Malo es que esperemos mucho, o tengamos puesta una gran ilusión en un proyecto, porque al final,los resultados no suelen ser los apetecibles y salimos defraudados.
Lo mismo sucede en cualquier relación humana del tipo que sea. Si la esperanza depositada en ella es grande, nos desilusionará.
Habría que saber el motivo o razón, por el que esperamos que alguien nos llene determinados vacíos, y no seamos capaces nosotros de hacerlo.
Leí hace tiempo, que entre los orientales, no abundaba tanto la timidez porque se les educaba para hacer felices a los demás.
Pero si la timidez se entiende como una falta de confianza, ¿se puede hacer feliz siendo tímido? ¿No contará también, el miedo a no agradar?.
Timidez y emotividad van de la mano, junto al exceso de sensibilidad o perspicacia.
Al tímido, cualquier cosa puede herirle, pero por contra, si confía, quizá lo haga en exceso y resulte defraudado.
No fue tan fugaz, ni tan insignificante, seguro que no. Y el dolor más que un roce, fue un choque, un golpe, una sacudida.
Tan fugaz....pero dejó huella.
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