¿En qué cielo?
¿En qué cielo escondido
palpitante,
está el silencio de mi voz clamando?
Es un grito profundo,
una llama de amor alborozada.
Los colores del alba tornasolan
las ansias de sentir fuera del tiempo,
de vivir nuevamente el cosquilleo
en la caricia del roce de tu cara.
¡Quién pudiera vibrar
música de amor entre tus dedos,
como un son entre sones
de clamores del alma!
Oídos indolentes
repican ecos de música lejana.
Mi querida María Jesús:
ResponderEliminarLos tres primeros versos son de matrícula de honor. Y el resto del poema también. Permíteme decirte que cada vez que te leo me impactas más, si antes escribías de maravilla, ahora es que me parece insuperable.
Pobres los oídos indolentes que no aprecian el sentido más necesario del ser humano, me refiero al tacto. Pensar que el amor cura y cada vez sean más los que no crean en el.
Querida amiga me quedo con este poema grabado en el alma. Me identifico de tal manera...
Felicidades. Es mucho lo que dices de una forma muy bella, tanto en contenido como en estructura.
Gracias por escribirlo.
Besos de todo corazón poetaza.
Tu amiga,
Cris.
Querida Cris:
ResponderEliminarHay quien nace añorando y vive así toda una vida.
No es mirar hacia atrás, sino querer fabricar un mundo a la medida.
No obstante, esa característica o manera de ser, no es obstáculo a la hora de admitir el presente y seguir adelante.
Algo contradictorio, paro ¿es que no somos todos un poco contradictorios?
En el fondo, creo que nada pasa y que de alguna manera extraña e incomprensible, todo permanece.
Querida amiga, te agradezco tus halagadoras palabras, sabes que el cariño es mutuo y que tienes en mi, a una admiradora de tus letras, llenas de sensibilidad que hacen, que se proyecten más allá y que germinen en el que las lee.
Recibe un fuerte abrazo de, Mª Jesús