Viviré en tus sueños de poeta,
palabras hechas niebla, humo, sangre,
dormidas para siempre.
Un sueño abandonado
en espacios virginales
rasgados suavemente por tu mano,
cuando los sentimientos
penetran en el alma dormida,
playa de blanca arena.
¿Y las olas salvajes?
Transmutadas, cual aves cantarinas,
acariciantes plumas sonoras,
envidian las letras de tu vida,
dejan vivos en el tiempo
tus sueños de poeta.
Sueños, si,
que en el aire navegan
como ondas que chocan contra el eco.
Yo, voy en ellos.
.
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