Se callará mi voz
en cualquier momento.
Morirán las palabras
al pronunciar sin ruido tu silencio.
A veces... no lo entiendo.
¿Acaso he molestado?
¿Molestan los sonidos del cascabel
del viento al chocar con las ramas vacías
en invierno?
Anduve sigilosa.
Olvidé los zapatos en un armario abierto
y caminé descalza por el suelo
mojado.
Puedes estar tranquilo
en tu atalaya,
en tu atalaya,
no volveré a romper ni la paz
ni el sosiego.
Aquello que escuchaste
ha quedado perdido,
Aquello que escuchaste
ha quedado perdido,
Si oyes un rumor desconocido
búscalo entre los lirios
y si sabes leer
interpreta su eco.
Ahora no me llames.
Reviviré el olvido, ahogaré
el recuerdo.
el recuerdo.
Buenas noches Mª Jesús,lindo poema, plasmas con gran sutileza un sentimiento de huida terrenal irrevocable, con cierto dolor o resentimiento.
ResponderEliminarNo todos los dias son del mismo color.
Araceli
Buenoas noches, Araceli
ResponderEliminarEn estos momentos, estaba repasando el poema y he visto tu comentario.
Me he quedado muy sorprendida.
Pero ¿ eres Araceli, amiga y compañera? Sería una sorpresa para mi.
Tanto si lo eres como si no, muchas gracias por leerme y por tu amable comentario.
Un abrazo María Jesús