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¡Qué tendencia tengo a dispersarme delante de la pantalla! Ni con la música logro concentrarme, o desconcentrarme, pues ya no sé qué es cada cosa.
Estaba escribiendo y lo hacía a mano, ya que en algunas cosas lo hago así, por aquello de que la corriente fluye del cerebro a la mano más directamente y hay más coordinación con el pensamiento.
A la vez que escribía, he empezado a pensar en paralelo y de esa manera, como he dicho anteriormente, no conseguir centrarme en nada.
En mis tiempos de estudiante, al estudiar, pensaba por estratos o capas hasta tres cosas a la vez. La primera era la obligada, aquella en la cual debería haberme centrado, pero al no gustarme o tener que hacerlo por obligación, empezaba pensar en un segundo asunto mientras leía mecánicamente.
Pero no acababa allí. De pronto, me encontraba dando vueltas a un tercero y me había despistado del primero y del segundo a la vez, al mismo tiempo que seguía pensando en ellos de manera automática. Y cómo en el primero era en el que debiera haberme centrado y no lo hacía, así me iba.
Era algo raro, si, pero me pasaba . De pronto me daba cuenta y era cómo si me despertara de un sueño.
En este momento, me ha ocurrido exactamente lo mismo.
Iba escribiendo pero con la imaginación, me he visto sin saber por qué, tirando objetos al aire, los cuales debido a la fuerza de la gravedad volvían a mi de nuevo, como un boomerang.
Parece que no iban en la dirección acertada,. En lugar de lanzarlos hacia arriba, a lo alto, debiera haberlo hecho hacia los lados.
De esa manera, quizá hubieran ido a parar a un lugar diferente, mejor calculado.
Pero, así es la vida, y cada uno lanzamos los objetos hacia la dirección que creemos conveniente, para la consecución de unos fines determinados.
No queda ésto muy poético, no, pero es real cómo la vida misma.
En este paseo, sin obstáculos, sin caras repetidas, sin adioses, ni sonrisas ni miradas de soslayo.
Al final, acabo sentada viendo pasar al resto de la gente, con un cucurucho de palomitas en ristre.
En mi banco, pensaré en el primer tema, me pasaré al segundo y por último, al tercero, todos a la vez, hasta que consiga abstraerme del todo, y aparezcan por el horizonte las primeras luces de madrugada, o, hasta que una mano amiga, venga a socorrerme de mi ensimismamiento. A vapulearme.
Mientras, el objeto que he tirado al aire, como un globo de cristal, ha caído al suelo y los fragmentos se han esparcido por mi alrededor.
Un organillo se escucha a lo lejos, y todavía estoy en mi segundo pensamiento, o sueño. Cuándo llegue al primero, volveré a mi realidad, la cual niego, quedando atrás, en el aire, mis propios pensamientos, es decir, yo misma.
No me importa la soledad, incluso me gusta y la prefiero. ¿Qué más da decirlo sin rima y sin metáforas?
Disfrazar los sentimientos, que por otra parte los hago tan evidentes en determinadas formas de escribir, solo es una manera de cubrir algo para no mostrar la propia desnudez, en el tercer estrato de mi pensamiento, ya lindando con el subconsciente amigo.
Soledad, no por falta de compañía, sino ante mi misma y mi propia vida.
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Hola Mª Jesús:
ResponderEliminarMe paso por aquí más para saludarte, ya que hoy es un día poco propicio para que te haga un comentario a esta reflexión o expresión tan personal.
Eres la autora y la narradora- protagonista de estas revelaciones o confesiones, poco puedo decirte y si lo hiciera seguro que me equivocaría.
Cuando una se retrata y se relata a pesar de mostrarse tal y como es, los demás siempre tendemos a verlo desde otro prisma, el nuestro, el subjetivo, que no siempre coincide con el de quién lo escribió.
Un abrazo.
Begoña.
Hola Begoña
ResponderEliminar¡Cuántas veces nos engañamos y no nos vemos con realismo!
Te voy a dar la razón, si nosotros no nos sabemos interpretar, desde fuera...pues no sé. A lo mejor nos ven con más objetividad.
Esto que has leído, tiene que ver mucho con lo que sabes. Un enfoque de la vida, que ya sabes por qué.
Un abrazo, María Jesús
Sí, Mª Jesús, complicados somos un rato, y cuando nos faltan motivos , pues nos los inventamos, pero es así, sigo pensando que muy complicados.
ResponderEliminarLo cierto es que nos movemos en círculos y cuando queremos reaccionar este se ha cerrado y nos quedamos dentro pero a su vez seguimos girando. Creo que somos parte de todo este universo y nos movemos tal y como el lo hace, tal vez ahí radique nuestra poca, pero armonía , al fin y al cabo.
Un abrazo.
Begoña.
PD, interesante tema. :-)