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El ruido del miedo
. Seguir siempre lo lineal, lo establecido o lo marcado, supone un menor riesgo y al mismo tiempo, significa caer en el aburrimiento, y abrir la puerta a la monotonía.
Ya de por si, la vida, nos supone una rutina hecha a base de unos condicionantes, que impiden romper con la uniformidad y nos arrastran, a hacer lo que no deseamos.
Pero, no queremos, ¿ por qué?, ¿porque es lo fácil y está dentro de lo posible, de lo alcanzable, o porque es lo obligado y no nos gusta?
Independientemente del motivo por el que no nos agrade, lo que está al alcance de nuestra mano, de nuestras posibilidades, el cambiar supone huir de la rutina, de la homogeneidad.
Por desgracia, son muy pocas cosas en las que tenemos alternativa, y podemos seleccionar, debido a nuestras limitaciones generales, individuales, o a la pusilanimidad.
Ya de por si, la vida, nos supone una rutina hecha a base de unos condicionantes, que impiden romper con la uniformidad y nos arrastran, a hacer lo que no deseamos.
Pero, no queremos, ¿ por qué?, ¿porque es lo fácil y está dentro de lo posible, de lo alcanzable, o porque es lo obligado y no nos gusta?
Independientemente del motivo por el que no nos agrade, lo que está al alcance de nuestra mano, de nuestras posibilidades, el cambiar supone huir de la rutina, de la homogeneidad.
Por desgracia, son muy pocas cosas en las que tenemos alternativa, y podemos seleccionar, debido a nuestras limitaciones generales, individuales, o a la pusilanimidad.
Lo sabido, lo lineal, formado por actos o decisiones repetidas, conduce a un meta conocida. Da seguridad. Lo desconocido, es imprevisible y tiene unos riesgos que hay que asumir. A veces el error no es un castigo sino una recompensa, porque despeja nuevos horizontes.
"Hay sombras oscuras que acompañan tu caminar tímido y pausado. Quieres escapar, buscar el silencio, pero el rumor está en ti. Alrededor, todo es ruido. Te tapas los oídos y sigue ensordecedor. El bullicio no parte de fuera, sino de dentro. Es, el miedo"
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Hola Mª Jesús:
ResponderEliminarToda equivocación lleva su sabiduría, al igual que las caídas , igual que tener que empezar una y otra vez. Así aprendemos son las mejores lecciones, jugar a lo seguro no acelera nuestro ritmo, no nos despierta y entre tortazos y rectificaciones vamos tejiendo los trapos de nuestra vida, después apenas nos quedan fuerzas para taparnos pero en esas situaciones ya no importa, lo aprendido nos cubre, aunque nunca es lo suficiente, por eso debemos seguir...
Un abrazo.
Hola Caminante:
ResponderEliminarHe leído lo que se puede de tu última opinión, creo que estás en lo cierto, se veía venir.
Triste porvenir nos espera.
No vas a abrir tu blog?
Un saludo.
Aloe.