viernes, 10 de diciembre de 2010
Sobre una barca blanca
Voy detrás de mi misma, en un lugar perdido
y en mi misma como agua derramada
y una noche perdida;
un mundo imaginario
que no supera nunca
la ambiciosa existencia;
un deseo, un lejano horizonte
como un mar extraviado
entre olas hirientes en los acantilados;
un espacio abierto de una vida,
un paseo nocturno por las playas
de doradas arenas del mañana;
un pecho palpitante
abrazado de espumas;
un espacio infinito,
unas manos al viento
sin sonido de campanas vacías
como voces caídas de la aurora.
Esta aventura intrínseca,
fluír de aguas oscuras,
mar de rincones tristes;
esta aventura nueva,
estas luces lejanas,
me conducen sin freno
y su enérgica llama me levanta
hasta lunas sin cielos
donde vibra la vida de otras vidas
en un lugar perdido:
la plenitud de atractiva existencia
que navega sobre una barca blanca.
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Saludos, María Jesús.
ResponderEliminarHe llegado hasta aquí a través de un blog que ambas visitamos. El hecho de haber coincidido en torno a la poesía me ha permitido saber de ti. Espero que podamos dialogar más veces.
Mi reconocimiento por desvestirte en tus poemas.
Hola Rosa
ResponderEliminarComo ya he comentado en tu "casa", el blog en el que ambas coincidimos, me gusta mucho, igualmente el tuyo, el cual acabo de visitar.
Estoy a tu disposición siempre que lo desees, y además, con mucho agrado.
Un abrazo, María Jesús
Muchas gracias, María Jesús, por todo.
ResponderEliminarSi me permites, seguiré visitándote.
¡Abrazos!