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Todo me vino dado, nada escogí,
suponiendo acaso si lo hiciera
¿podía conocer cómo saliera
aquello que del camino recogí?
¿Me equivoqué? Si ahora pudiera
desandar el sendero conocido
volvería a seguir por lo vivido
mil opciones diferentes que tuviera.
Volver de nuevo atrás en el destino,
es fluir al revés en nueva fuente
y convertir el agua transparente
en río seco, lejos de mi camino.
Llegaré, como se llega siempre
a ese lugar ajeno, desconocido
y diré, no soy de aquí, no he decidido,
volveré en los otoños de septiembre.
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