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Evocaciones
Te marchaste.
Sin volver
la cabeza, seguiste hacia adelante.
Yo, continué mirando
al ver que te alejabas.
Allá en el infinito,
se perdió tu silueta enmarcada
en el mágico azul de la mañana.
Y quise recordarte,
pero al cerrar los ojos para evocarte,
no conseguí ver
nada.
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