.
El peregrino
Con el alma perdida en el camino,
como el aire siempre meciendo un cielo,
suena acorde el cantar del peregrino,
deja pálidos sueños en el suelo.
Una plegaria en su boca marchita,
busca encontrar en el cielo acogida.
Al reclinar su cabeza musita,
una palabra impulso de su vida.
Busca incesante un lugar protegido,
desde el cual, pueda ver las estrellas,
y cuando ya el cansancio le ha rendido,
en sueños con su boca, otra boca sella.
En viaje eterno, en perseguir su anhelo,
ha empeñado su vida y su esperanza.
Por amuleto, lleva un rojo pañuelo,
perfumado con fuego de añoranza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario