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¡Oh mi dorado tiempo, efímera sonrisa, engañosa serpiente, reptil nocturno!
Me desgranas cual granada
y tu jugo rojo, mancha mis manos de pegajoso néctar.
¡Oh mi tiempo dorado! Si no quiero acudir ¿por qué me llamas?
Antes, quiero probar con mis labios todas las sensaciones,
narcotizar mis ojos.
Guarda tu sonrisa, tu sinuoso pasar de calendario.
No hay árbol de la vida, ni eternidad, no hay nada.
Tan solo fluir de lágrimas, llenando la oquedad
de las carencias perdidas a trozos en el viaje,
desgarros de la piel que cubre el alma.
¡Déjame descansar contando soles! ¿Me ves allí sentada?
Solo quiero mirar a las estrellas.
¡Déjame sola! Ya me tengo a mi misma,
mi propio pensamiento, me acompaña.
Hola:amiga
ResponderEliminarMe deje envolver por tu poema y sus letras fueron un descansa para mi vida, lo encuentro muy romantico con perfume de mujEr, cariños para ti desde ARGENTINA.QUE TENGAS UN MARAVILLOSO FIN DE SEMANA.
Muchas gracias Robi. Lo mismo te deseo para ti, ahora y siempre.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, María jesús