La hoja
El cordón umbilical de su existencia
aún sin cortar su cuerpo alimentaba,
la ilusión de existir la sujetaba
a una rama, todo un cúmulo de
ausencias.
La vida huyó del inhóspito paraje,
los pájaros su cantar enmudecido
volando fueron hacia solares nidos
de vida nueva, en lejano paisaje.
Llegó la lluvia y el viento huracanado
sacudió sin piedad sus ligaduras,
aunque quedó desprendida su tersura,
siguió su cuerpo a la rama abrazado.
Cuando perdida la esperanza clama,
alguien lleva a su alma un sueño de calor,
el gastado hilo se rompe sin dolor,
y deja el corazón colgado en la rama.
alguien lleva a su alma un sueño de calor,
el gastado hilo se rompe sin dolor,
y deja el corazón colgado en la rama.
Cuanta ternura hay en tus palabras hacia esa hoja que pendia aferrada a su rama como abrazandose a la vida, emotivo y dulce tu poema, me encanto, un abrazo de oso y muchos Bss, amiga
ResponderEliminarMuchas gracias Robi, por pasar por aquí y dedicarme tu amable comentario. Te lo agradezco de corazón.
ResponderEliminarRecibe un fuerte abrazo de María Jesús