El miedo
Echa al fondo tus redes, marinero,
incansable pescador de aguas tranquilas,
no temas, si al remanso,
se acerca el remolino desbocado,
e inunda la corriente tus frágiles orillas.
Echa al agua tus redes
aunque sientas desnuda tu apariencia,
ya encontrarás la barca
que te lleve hasta el soñado puerto.
No hay desnudez que eternamente dure,
no hay sonrisa perpetua, más bien
algo de todo se cruza en nuestro paso
y muestra su rostro, cada día.
Cuando el agua se retire lentamente,
cuando tus pies inmóviles sigan la espera anclados,
comprenderás, que ese momento es tuyo,
y se acopla a tu cuerpo, como el viento,
en un día fugaz de primavera.
Pensarás: el miedo
no es un buen compañero de camino,
a pesar de asomarse en cada esquina.
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