La tarde
La tarde se desliza lentamente
hacia la esfera roja que inunda el horizonte.
Fecunda en su seno de virginal doncella
las mieses del verano, los frutos
dorados de la tierra.
Yo la miro al pasar y me sonríe
desde el marco añorado. Todo es calor en ella,
incluso cuando extiende su manto sobre el viento
para dormir el sueño
y dominarlo.
Es hermosa la tarde de pálidos colores.
Acude cada día al encuentro
del amante, que eternamente espera
al otro lado.
Mi querida María Jesús:
ResponderEliminarEsto es poesía de alto voltaje. Me he estremecido. Qué maravilla de poema. Realmente envuelve el Alma porque está escrito desde el más puro sentimiento y maestría.
Felicidades de corazón.
Recibe toda mi estima y gran admiración.
Besos de tu amiga que bien te quiere.
Cris.
Querida amiga:
EliminarAgradezco muchísimo tu presencia y desde aquí te repito, que es para mi un placer el poder leer tus preciosos y profundos relatos, llenos de sabiduría, con una intención que va mucho más allá de la apariencia, y se introduce en la Filosofía.
Enhorabuena por tu imaginación e inteligencia.
Con todo el cariño, Mª Jesús