Pensamientos
En
la ventana de los amaneceres,
con
las alas abiertas, cantan los pájaros
al
despertar virginal de la mañana.
¿Qué
me traéis de nuevo? les pregunto.
Nada
que ya no sepas, me responden.
Y
una espada celeste, con calma de acero, dibuja
en
el cristal difuso de los días,
las
siglas de la vida que sin querer
discurre ante
mis ojos,
y
cambia, el color espeso de la sangre,
por rayos de sol abiertos,
por rayos de sol abiertos,
reflejo, del incendio rojo del ocaso múltiple,
que
en los desfiladeros próximos, transitan,
hasta
la orilla fresca del agua de la tarde.