Al destino
Tu modulada voz
rompe el silencio de la monotonía.
Eres azul, como la mar remota,
como la mar remota y tranquila,
acaso fiel, acaso esquivo,
acaso peregrino.
Tus manos placenteras
acarician sin fin la playa de mi vida,
en tu peregrinaje, de horizonte a horizonte,
marcando con fuego la senda de regreso.
No das tregua al descanso, cubres de espuma
las pisadas del largo recorrido.
Siento en mi frente
el dolor de tu boca fugaz
y poderosa.
Acaso, compañero,
vas unido a mi ser, a mi existencia,
agitas las olas de la sangre caliente,
e inundas mis orillas.