Hilos invisibles
Hay hilos invisibles que atenazan
tu caminar tímido y pausado,
unos hilos de seda, imperceptibles,
unidos a tus pasos,
cuando caminas sola, desgranando tu cielo,
con la luz de la noche
como única luz,
y un racimo de sombras palpitando.
Cuando cantan los pájaros nocturnos
se estremece tu alma,
y deja un rastro azul en cada paso,
como el rio que corre, y nunca para,
y se queda perdido al otro lado,
allí donde se acaba la dulzura,
donde la desnudez flota en el agua,
allí, donde los miedos
se funden con la suerte en un abrazo.